martes, 5 de enero de 2010

5) Dos días en la vida

Por un par de días me he quedado solo en casa. Luego del trabajo he podido encender la televisión y ver una serie por cable sin escuchar las preguntas de mi pequeña hija para ver su programa de dibujos. He dejado los platos sucios para lavarlos mañana (pero si no me queda tiempo, la mañana de mañana y asi sucesivamente) y me he sentado en la computadora tranquilo, sin el apuro del tiempo porque mi esposa o mi hija mayor tienen que usarla para contestar algún recado o  hacer alguna tarea.

He dejado levantada la tapa del baño y he colocado mi música un poco más alto sin escuchar las quejas ni las demandas de bajar el volumen. Me había olvidado las ventajas que tiene el estar solo. Tener un espacio propio, que descuides a tu antojo y puedas ordenar cuendo se te de la gana y no cada quince días.

La cama de dos plazas ahora parece enorme y el tiempo parece transcurrir más lento, al estar atento solo a mis necesidades. Y en este segundo día, confieso que me siento aburrido y que extraño las risas y ocurrencias que hacen la vida familiar tan llevadera. Y creo que de vez en cuando esta bien tomarse un descansito y renovarse del rol familiar y alimentar el propio espíritu.

Un par de días sirven de mucho para extrañar a la familia y volver a comprender que somos parte de algo mejor, más grande que nosotros. De alguna forma -como dice Fito Páez- de eso se trata vivir. Y tiene toda la razón.

Titulo inspirado / Fito Páez Dos días en la vida

4) Lunes otra vez (sobre la ciudad)

El primer lunes del año. Pensar ingenuamente que se empieza de cero pero la rutina es la misma: levantarse antes de las 8, un baño rápido, el desayuno viendo el noticiero, las últimas del deporte -este año es el mundial de futbol Sudafrica 2010 y siempre es bueno estar al día en el tema- del espectáculo y luego, el beso a las niñas, a la esposa, coger el maletin y apurarse porque el tiempo siempre parece ir más deprisa después del fin de semana.

El calor dentro del microbus que llega repleto (¿dónde subirá toda la gente?), acomodarse al lado de la ventana para sentir un poco de aire. Colocarse lo audifonos para no escuchar el repertorio repetido de la fiesta de año nuevo y los pasajeros moviéndose al vaivén involuntario del auto -pero esta vez sin risas, sin trago y sin cotillón-. El Set List renovado en Diciembre (esto si es nuevo, Death Cab for a Cutie, Los Planetas, el Death Magnetic de Metallica, haciendo oidos previos al concierto).

Pagar con el sencillo justo, llegar 10 minutos tarde a pesar de apurar el paso las últimas tres cuadras. Saludar cortésmente, resumiendo la reunión de fin de año (tranquila, en familia), recordar que no todos los contratos se han renovado, y el hola se convierte en un adiós camuflado, triste por el tiempo ya vivido y que ahora sòlo serán recuerdos por el resto del año.

Sentarse en el sitio habitual, revisar los correos, los trabajos pendientes. Tomar despacio el café para volver a la realidad completamente y esperar, esperar las eternas 8 horas que faltan para la salida. Llegar a casa, quitarse los zapatos, la ropa de trabajo y volver a ser uno mismo, tranformado mágicamente por el abrazo de sus hijas.

Titulo tomado de la canción de Sui Generis Lunes Otra Vez

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