martes, 23 de febrero de 2010

23) Parabola de la playa

Sentado frente a la compu, ahora que puedo escribir los que ha sucedido hoy y estar a tiempo con mis escritos se me hace difícil. Empiezo a repasar lo hecho durante el día y de pronto nada me parece rescatable.

Un día normal, de encargos pendientes, de última hora. De repente mencionar el almuerzo en el chifa (porque olvide separar mi comida la noche anterior), de enfrentar una vieja deuda de dinero -el lunes sin falta, que nos pagan esta semana, hermanito- de hablar con mi hija y recomendarle que llegue a casa temprano.

Los temas se me han escabullido y pareciera que con la presión de tener dos o tres días juntos por escribir lo hago mejor, Las veces que me ha tocado cubrir la deuda de los días lo he hecho bastate bien y debe ser porque cuando tengo tiempo para meditar las cosas a veces no las escribo.

Cuando debo cumplir de todas maneras con el encargo prometido (a mi) y ya estoy debiendo tres o cuatro textos -y casi me doy por vencido- y siento que todo se puede ir por la borda, dejo fluir mis ideas y ya estoy terminando la primera historia y luego casi sin darme cuenta la segunda y ya se me esta ocurriendo el tema que tendrán las canciones de los viernes del Video (d) rama.

Y debe ser porque me siento más comodo resolviendo un problema que parece insalvable que uno que se puede prevenir. Como cuando entras al mar de un porrazo y permaneces ahí despues del chapuzón violento porque ya estas mojado y sabes que si hubieras intentado ir entrando de a pocos ibas a desistir.

Aunque el proyecto de los escritos esta avanzando por momentos me siento asi, con la duda de zambullirme cuando basta con mirarme y darme cuenta que ya estoy mojado hasta los codos. Y aunque no he aprendido a nadar si se bucear. Y puedo permanecer en el mar sorteando por debajo las olas. Solo que antes debo tomar aire y entender que debo moderar mis energías si quiero llegar a la meta.

22) 24 - Octava Temporada

Hoy empieza por Fox (en Perú) la octava temporada de 24. La primera vez que hoy de esta serie estaba en Chilca, en una casa que alquilabamos y donde pasabamos el fin de semana. En esa ocasión llevamos un televisor de 14 pulgadas y varias peliculas para ver. Nuestro amigo Ricardo fue quien nos comento sobre la serie, que era muy buena y decidimos ver un par de capítulos a ver que pasaba.

La historia se desarrolla en secuencias de tiempo real, cada capítulo dura una hora (en realidad 40 m. con los comerciales) y mientras mirabamos ese primer capítulo que daba inicio la historia nos dimos cuenta que era una gran serie. Fueron cuatro capítulos los que vimos ese día y por supuesto, pedimos prestados los dvd para ver esa primera temporada completa.

Kiefer Shuterland es Jack Bauer, un agente de CTU que se caracteriza por cumplir  con su trabajo cueste lo que cueste. Incluso sacrificando sus intereses personales y a sus propios compañeros.

Luego de la primera temporada, compre las siguientes en el mercado de Jesús María hasta la septima. Ahora veré como sigue la historia y estaré pendiente de este nuevo día interminable (porque cada temporada supone 24 horas en la vida del personaje) y si saldra bien librado y sin daños colaterales.
Y ya han hecho el anuncio de la película con Kiefer Shuterland como protagonista por supuesto. Esperaremos que llegue a Lima con la misma emoción que la serie.

21) La previa del colegio

Hoy he pasado a recoger la lista de útiles de mi hija Kodashi. Este año pasa a primer grado de primaria en un colegio nuevo, más grande pero más cercano. Ha llevado el curso de vacaciones para ambientarse y luego de unos días, se ha adaptado a los nuevos amigos y a su nueva profesora.

La lista se la encargamos a la amiga de mi esposa, Susana que tenia un puesto en el mercado de Palomino y ahora ya tiene una libreria-bazar en el primer piso de su casa. Desde hace algunos años ella nos hace la lista de útiles y nos informa sobre los nuevos productos que han salido, los libros,las ofertas de temporada. Antes ibamos a comprar al centro y un par de veces hicimos la lista en Saga, pero siempre esta la incomodidad de la gente, el calor insoportable y los precios que son más caros.

Menos mal que eso lo hemos resuelto con Susy, que nos deja las cosas listas para revisar, verificar y luego llevarlas a casa. Es un alivio para nosotros, sacrificados padres que queremos que no les falte nada y que empiezen el año escolar con los útiles completos.

Pero aún faltan los zapatos, las zapatillas y la lista de Narumi y los libros que es donde se gasta más. Pero es un sacrificio justo y totalmente necesario desde cualquier punto de vista. Los niños merecen educarse para ser mejores intelectualmente y como seres humanos. Y esa debería ser la meta de todo padre brindar a sus hijos la oportunidad de aprender y desarrollarse. Ahi está el futuro que tanto queremos, en el estudio y el cariño de los padres.

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