viernes, 15 de enero de 2010

15) Video (d) rama 2

Los videos que he escogido esta vez corresponde a la categoría de lacrimógenos. Son esos videos que te conmueven, y que me han hecho sentir pena inevitable. A veces he creido que me afectan porque que llegaron en el momento justo, cuando estaba con la guardia baja, pero he comprobado que igual en el animo que este, escucharlo me hacen comprender la soledad y la tristeza. hasta ahora tengo dos fijas y mientras escribo, de pronto se me ocurre el tercero.

Era mi vida él - Isabel Pantoja

Después que Paquirri muriera en una corrida de toros mientras lo trasladaban al hospital, Isabel pantoja canto esta canción que personalmente, me ha arrancado más de una lágrima

La frase: Entre tantas frases tan sentidas hay una que es absolutamente triste: "que nadie me repita la palabra amor, volver a ser feliz es imposible" y el remate, devastador: "murieron tantas cosas esa tarde, que ya no queda nada por vivir". Para cortarse las venas, de ley.



El Lamento de tu voz- Manolo Galván y Los Gritos
La frase: La primera frase y que es el titulo de la canción y una combinación de estrofa coro: "El lamento de tu voz, al partir en mi alma se grabo y sentí ". Genial. Y la voz de Manolo Galván es precisa, y además tiene grandes temas como Poema del alma, pero que no me conmueven tanto como esta canción



Woman- John Lennon

El video de Woman, mostrando a Yoko sentada en un banca del parque encendidendo un cigarrillo es una de las imagenes más tristes que puedo recordar. Lennon se había mudado a Nueva York porque le recordaba a Liverpool y fue ahi, cuando regresaba al edificio donde vivía que lo asesinaron.

 La frase: La frase que dice Lennon al inicio¡¡¡ "para la otra mitad de mi cielo" una frase para conquistar hasta al más frío tempano de hielo.

Y la frase final: "Solo déjame decirte una y otra vez, te amo, ahora y por siempre". Conmovedor por todo lo que significa para todos los beatlemaniaticos y además hay un gran momento es cuando aparece la noticia del New York Times y Yoko aparece que como si el mundo se hubiera derrumbado. Conmovedor hasta las lágrimas.



14) Milagrete

Luis Fernando ya esta decidido. Respira profundamente, toma valor y sale al ruedo. Ha cogido el capote dispuesto a enfrentar al joven becerro. Parado frente a él, patea el piso levantándo la polvareda, invitándolo al ataque. Ha venido desde Lima a Huancayo y por esas cosas de la vida ahora está frente a uno de sus sueño: ser un torero, un caballero de luces que quite el aliento con cada embestida, que enamore sin decir nada a la distancia, que salga entre vitores y aplausos en cada corrida, lleno de admiración y orgullo.

Lo ha imaginado varias veces en su mente pero ahora es diferente, la penumbra esta iluminada solo por la luz de los autos que forman el circulo que limita el ruedo. El traje apenas se distingue entre el polvo. El capote, ya decolorado no tiene ese tono carmesí, como brasa al rojo vivo que se ve en las grandes plazas. La profundidad de la noche solo deja ver un timido rubor coloreando la tela, como avergonzada. Pero aún asi la provocación funciona. El movimiento y los gritos hacen que el animal se acerque y en la embestida Luis Fernando pueda casi completar un pase, dejándo al becerro con el impetú de encontrar un blanco. Y por eso se repliega, regresa al ataque pero ahora  solo queda correr ante la reacción enfurecida del animal.

Correr y correr, tratando de ponerse a salvo, sentir la respiración llegando cada vez más cerca, quemándole el cuello y salir disparado hacia la rueda de los camiones por la embestida. La caída ha dejado los brazos heridos y sangrantes y el cuerpo maltrecho pero hay que levantarse. El aprendiz de torero se repone entonces y levanta los brazos, y la gente que lo acompaña grita alborotada. Luis Fernando sonrie agradecido por el apoyo, pero sabe que tal vez no lo vuelva a intentar.

Rodeado de su familia, que ha llegado hasta la casa para saludarlo por su cumpleaños Don Luis Fernando, Don Lucho; recuerda ese momento emocionante cuando tenía 18 años y que perdura fresco en su memoria. Ahora ya tiene 82 años y la satisfacción de ver a sus nietos y bisnietos acompañandolo a celebrar un año más de vida. Un año más en la aventura del diario vivir.

13) Certificado de Salud (dos más y nos vamos)

Hoy fui temprano al hospital a sacar un certificado de salud mental. Habia estado averiguando por Internet y me decidí por el Hospital Loayza, que esta en Alfonso Ugarte. Llegue a las 8 y 30 y entre por la puerta de emergencias, con la mirada seria para que no dijeran nada. Pregunte por el pabellón de psiquiatría en la caseta de informes -esta acá a la vuelta- me indicarón y luego en el mostrador de ingreso al pabellón, me dieron un ticket que debía cancelar por el servicio.

Hice el pago sin mucha demora, pero tuve que hacer dos viajes porque en el primero olvide reclamar la factura que debía presentar para sacar cita. Por suerte la cola no había crecido mucho y no me culpe demasiado por mi descuido. Dos señora recepcionaron mi comprobante- ¿para que desea el certificado? -me pregunto una de ellas- estoy tramitando mi certificado de conciliación- respondí . ¿Lo quiere para trabajo?, repreguntó, mirÁndome fijamente -si- respondi dudando primero, pero luego lo confirme para no parecer inseguro - para trabajo-. Me pidieron mi DNI y luego, me indicarón que entrara por el pasadizo a la segunda puerta a la derecha a esperar mi turno.

Al llegar al pasadizo una larga fila de pacientes esperaba sentada en un largo sillón. Me recline de pie en el marco de la puerta que estaba justo frente al consultorio 2 esperando no demorarme mucho. -Una hora por lo menos-pensé en voz alta y saque un libro para ir leyendo algo mientras esperaba que me llamarán.

De pronto imagine que tipos de preguntas me harían al llegar mi turno.  De hecho preguntas familares, del tipo ¿cómo te llevas con tus padres?, ¿que tipo de trabajo tienes?, ¿tienes pareja?, ¿cómo te llevas con ella?, etc. Preguntas de relación para ver mis reacciones, si tengo ideas claras sobre estos temas o si por hay se percibe alguna conducta agresiva o sospechosa.

Estaba en esos pensamientos cuando de pronto escuche nombrar mi apellido desde el fondo del consultorio del frente. Entre con calma, tratando de no parecer ansioso. Salude a la doctora, y me senté frente a ella esperando el interrogatorio. -¿Para qué solicita el certificado?- preguntó y le  respondí lo mismo que antes, había explicado al momento de entragar mi recibo de pago: -para el tramite de conciliación. -Bien- respondió y anotó en una hoja el detalle del requerimiento. -¿conciliación extrajudicial?-,-si el curso básico - respondí pensando que bueno, ya termino el preludio y ahora vienen las verdaderas preguntas. -Eso seria todo- dijo la doctora y yo me quede sorprendido. ¿Eso es todo? - repregunté antes de irme -si, es todo-, tome el papel sellado y firmado, dí las gracias, lo guarde en la maleta y sali del consultorio mientras llamaba en el pasadizo al siguiente paciente.

Ya en la calle, camino del trabajo, pensé si eran así todas las entrevistas para el certificado o había tenido suerte.-Asi deben ser todas- murmuré mientras me alejaba hacia el paradero y ya iba a decir algo más pero me quede callado porque una señora que pasaba con sus hijas al parecer me escuchó y empezo a mirarme extrañada. Apuré el paso para llegar a la esquina porque no me convenía ningún aspaviento mucho menos un incidente. No vaya a ser que se den cuenta.

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