5:16 p. m.
Luis Eduardo Benites Ames
Cuando leí el comentario sobre esta película diciendo que James Cameron habia cambiado la forma del ver el cine me pareció una exageración. Pero Ayer comprobe toda la certeza de estas palabras. Fui al Cinemark de Bellavista. La sala 3D cuesta S/. 19.90 todos los días y te dan unos lentes que luego a la salida debes devolver.
Con la artilleria de cancha, hot-dog y gaseosa (no habia comido nada y tenia un poco de hambre) entramos a la sala. Ningúna ambientación especial: eso sí, la designación escalonada de butacas que es ideal para que nadie te interrumpa la visión y es la mejor de los cines que hay en Lima.
Las luces se apagaron y empezaron los previos, con una invitación a disfrutar la experiencia en 3D. Los muñequitos de Toy Story aparecieron en pantalla y con los lentes puestos ocurrio la mágia: la imágen ahora tenía profundidad,distancia entre escenario y personajes y uno podia percibir claramente (y cercanamente) lo que sucedía en pantalla como si estuviera allí. Si alguna vez había escuchado e imaginado la sensación que me produciría ver una película en 3D lo que estaba viendo era eso y mucho más.
Cada movimiento de los personajes parecian tan cercanos y en un momento de un comercial de Coco Cola una chapa fue lanzada hacia el público y permanecio flotando a centimetros de nuestras manos. Fue increible. Ya no podia esperar a ver la película.
Las luces terminaron de apagarse y desde ese momento todo fue un deleite visual: empezando por los subtitulos que se salian literalmente de la escena y no dejaban duda del contenido (como cuando alguna vez fuiste al cine y una pelicula era muy clara y tenias que esforzarte por leer los subtitulos blancos). La acción de la película transcurre entre el espacio y la selva de Pandora y allí los colores,las figuras todo cobra vida, todo forma parte de la acción que te envuelve y no puedes dejar de ver y sentir. Por momentos levantaba mis lentes para ver la imagen normal y en el ecrán veía las imagenes silueteadas con un doble dorde, planas, como una copia de baja calidad.
Con los lentes puestos era otra cosa: te transportabas a la pantalla, te sentías parte de la acción y no podias evitarlo. El sonido también era excelente y durante las dos horas que duró la pelìcula estabas encerrado en la trama como un espectador privilegiado de las penurias y acciones de los personajes.
Avatar es candidata al Oscar y de seguro se llevará más de un premio. Y me ha dejado con la ilusión de emocionarme con el cine a un nuevo nivel. Estaré pendiente de buscar otra cinta para disfrutarla con toda la familia.
