miércoles, 13 de enero de 2010

12) El Taller del Orfebre

Me ha contado mi hermano que se ha inscrito en un taller de cuento. Con Alonso Cuento nada menos para aprender las artes del buen narrador. Me comenta que el escritor se ha mostrado serio pero accesible (cualidad obligatoria para poder enseñar) y hemos charlado sobre el conflicto, el tema que debe tener cada historia que pretende ser narrada. En la pelicula "El ladrón de orquideas" Nicholas Cage hace un doble papel de un escritor. El se acerca a un reconocido literato para preguntarle si se puede escribir sin tener un tema en particular, sólo por escribir y la respuesta es categorica -Todos los días muere alguien-, lo cual resume la idea: si no hay conflicto, no hay narración que valga la pena.

Y mi hermano se ha acercado más a este taller porque quiere aplicarlo en la música. El conoce de partituras, de composiciones, de estilos de ritmos, y le he dicho que en cuestión narrativa, ninguno como Joaquin Sabina para decir las cosas. Recuerdo que cuando estaba en la universidad, visitabamos la casa de nuestro profesor Manuel Jesús Orbegozo para las prácticas.Era una hora y media de camino, haciendo turismo por Miraflores en el microbus (yo venia desde el cercado) y para algunos era todavia más tiempo, pero era un  gusto llegar a la clase. El profesor nos encantaba con su manera de enseñar y su personalidad tan amigable.

Fue en una de esas visitas que pude ver una colección de Cds que el atesoraba con mucho orgullo. Eran las canciones de Joaquin Sabina, que a el le gustaban mucho y que luego de unos años me di cuenta el porque de esa predilección.

Sabina es un genio. Tiene el don juntar las palabras y hacer que su significado no sea uno sino cuatro. Que te tomes la vida de la mejor manera y de un buen trago dejes en paz el corazón y alegres el alma. Nadie como el para narrar historias de amor y desamor (que son las más interesantes). Con esa voz que emana del eco de los cigarrillos y esa sonrisa que parece una burla.  Es un referente obligado para aquellos que aspiran algo más que esa efimera linea blanca de la felicidad, que parece un suspiro pero se pierde en un tiro.

He subido a mi cuarto ha escribir esta charla rápidamente antes que mi vaso de ron acabe (y también la inspiración). Y les dejo el link de este tema (en vivo) porque la introducción es genial y conmovedora. Un bríndis por los puntos suspensivos....para que permanezcan -que ingenuo puedo ser a veces- a pesar de todo.

11) Mudanza

He mudado mis cosas de lugar en el trabajo. Mis archivadores, mis muebles. Mi silla, que me hace sentir más pequeño (para compensar la estatura de los demás). Ahora estoy un poco más apartado, con la ventaja de un baño más cercano y la vista de las azoteas de los vecinos. He terminado en la tarde de pasar todos los papeles a mi cargo pero aún me falta ordenarlos. Seguramente lo hare en el transcurso de la semana, con más calma, con una música de fondo y el ventilador en nivel 2.

Reordenare las cosas para ubicarlas mejor y tenerlas a la mano cuando las requieran. El orden nunca ha sido una de mis cualidades pero en estos casos es lo mejor. Para evitarse problemas, angustias y malos ratos. Y toda documentación firmada con cargo, porque la memoria es frágil y la malaintención fuerte y hay que estar prenvenidos para corregir los descuidos (especialmente los ajenos).

Es una semana de adaptación. Al ambiente, a los encargos. A las caras que ahora son los refererentes del trabajo diario. Y a mi propio espíritu, que a veces se olvida de la fragilidad del ser humano.

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