Ayer te vi y pensé, en manzanas de caramelo y nubes de algodón. En
nosotros corriendo uno tras del otro, sin conseguir atraparnos...en
promesas para siempre y en miradas conmovedoras, que lo decian todo y
dejaban inútiles cualquier palabra.
Y me sentí renacido, con el ánimo renovado capaz de volver a creer en
aquello que alguna vez dijeron que era imposible...
Y recorri tu cuerpo con la mirada, no era la primera vez -pero era la primera vez- y me hipnoticé con la cadencia de tu ritmo y tu silueta recortada a contraluz, un momento para siempre que duraba lo que dura una canción, una canción dulce que sabe a melancolía.
Y pense que podría ser, que nada estaba dicho aún, que la memoria podría tener razón algunas veces y podia ser esta vez, esta entre tantas veces.
Fue solo cuando caí de bruces contra el piso e hice estallar el vaso
que tenía en la mano que volví a la realidad y no tuve más remedio que
pararme avergonzado lo más rápido que pude y buscar la salida más
cercana, sorprendido, aturdido y caminando entre tumbos alcoholizado de
recuerdoss..
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