12:39 p. m.
Luis Eduardo Benites Ames
Hoy por la noche tengo un matrimonio. Un primo de mi esposa se casa por civil y a pesar de las advertencias, ha decidido dar el gran paso. La ceremonia será en la casa de uno de sus tíos en San Miguel y se supone que debía tener mi vestimenta lista para no tener apuros de último momento. Digo se supone porque la semana pasada ya habiamos ido a Gamarra a comprar y habia visto algunas alternativas de como vestirme: una camisa manga corta -no my formal-, un pantalón de verano, unos zapatos negros y posiblemente una corbata.
Ayer revise que tenía la camisa y dos opciones de corbata por elegir. El pantalón es el de mi terno gris, que me queda bien con el inconveniente de que es de invierno. Y mis zapatos negros son los de trabajo, que aunque son muy cómodos ya se ven trajinados por el uso.
Pero ya tengo resuelto estos detalles. Voy a pedirle prestado un pantalón a mi hermano y los zapatos a mi padre. En la muñeca llevaré un bonito reloj plateado que me regalaron cuando trabajana en Ripley y se ve muy bien.
Solo espero que todo salga según el plan y no tenga que obligarme a ir con el terno y la camisa manga larga. Sería una tortura con el calor que hace. Pero de ser así, pediré agua helada cada quince minutos y un abanico para darme aire. Porque la cita de hoy es impostergable y estaremos ahí para dar todo nuestro apoyo a los recién casados en el inicio de su nueva vida, con todas las de la ley.
0 comentarios:
Publicar un comentario