3:41 p. m.
Luis Eduardo Benites Ames
En café de la mañana es reponedor. No muy dulce, para sentir el amargo y asi poder despertar del todo luego de haber trasnochado en dia de semana. A veces me quedo hasta tarde vieno la televisión o haciendo algún trabajo. Y al llegar a la oficina la cara de malanoche me delata y por más que intento, no puedo concentrarme bien. El cuerpo pide descanso, reponer esas horas que se han utilizado y empieza el bostezo que invita a buscar un buen sitio y estar cómodo.
Es entonces cuando un café es justo y necesario. Una cucharadita colmada de café y dos y media de azucar. El agua hirviendo (aunque sea verano) y luego del primer sorbo sentirse mejor, más alerta. Poco a poco voy terminando la dosis y ya puedo cumplir con mis labores de la mañana.
Puede parecer raro este gusto, especialmente en las mañanas que el sol es intenso pero asi como hay personas que les gusta fumar en la playa o el helado en invierno, de vez en cuando preciso de una taza de café para poder dejar de lado la pereza, aclarar las ideas y terminar con la jornada de trabajo.
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